Esta tarde, primer concierto de la temporada en el teatro de Sarria. No se trata de una gran sala como en el Liceu, tampoco toca una orquestra sinfónica.
Las sillas – se ha renovado la sala hace poco – parecen de la epoca, fin del s. XIX. Un piano es suficiente, y la voz del cantante se hace mas fuerte que el ruido en la sala. Casi todas las obras cantadas proceden de la ópera italiana. Solamente Serena Sáenz se atreve con un “Mein Herr Maquis” de J. Strauss (Die Fledermauss). Tengo una predilección para los barítonos. Actuen con más humor que los sopranos. A veces tengo miedo por el cristal de mis gafas. Siento la ausencia de una Mezzo Soprano.
Gesto muy amable, el Champan al final de concierto que da esta oportunidad de hablar con los cantantes.
