Después de los disturbios de esta semana me falta distracción. Entonces esta tarde del sábado me fui al Teatre de Sarria. He visto casi todas las representaciones de esta temporada (de hecho he perdido una representación). Une pequeña molestia, porque el asiento no 1 en la fila 1, que quería ocupar ha sido atribuido dos veces, y tenía que sentarme en el asiento no 3. No muy cómodo para alguien que quiere sentarse en el no 1 si tiene que sentarse en el no 3. Hay una escena en el balcón, que está a la derecha, y se ve menos bien si uno está en el 3. A la gente parece que no le gustan estos asientos delante de la orquestra, quizás porque son los primeros en el teatro delante de la escena. Sin embargo se puede observar mucho más. Hasta los músicos de la orquestra.
Lo que me gusta en el teatro de Sarria es que se estrenan obras que no pasan cada rato en la radio con interpretes que tienen remarcable calidad artística (no veo ninguna diferencia con el Liceu). Así este barbiere di siviglia que no es de Rossini sino de Giovanni Paisiello. Destaca en esta obra el humor. Así cuando Fígaro pregunta a su invitado que no venga sin oro. Porque sin oro, no se puede hacer nada en este mundo. Quizás que eso no es humor sino una especie de realismo a que no me espero en una ópera del siglo XVIII.
Pues bien esta obra se llama Il barbiere di siviglia sin embargo mejor si se llamaría Rosina y el Conte Almaviva. Ambos personajes son omnipresentes. El Fígaro (Donato di Goia) es músico, ha viajado mucho, le gusta el vino y la guitarra. Se queda un poco al margen.
Como a mí me gusta mucho ver Rosina (Paula Sánchez-Valverde) no me molesta. Tiene algo de una Marilyn Monroe. Además, Il barbiere di siviglia es una historia para los adultos. Su viejo tutor Dr. Bartolo (Josep Ferrer) quiere casarse con ella. Aunque viejo yo también (sin embargo menos viejo que el tutor) esto me hace sufrir. No puedo identificarme. Llega el Conte Almaviva (Marc Sala) que inicia una operación para liberar Rosina (la opera en italiano y a veces faltan los subtítulos en el teatro que ayudan mucho para comprender). El Conte Almaviva, bajo un disfraz se introduce en la casa del tutor. Este último es impotente (así son los viejos) y no puede nada contra el amor entre Rosina y el Conte Almaviva. Una historia llena de humor, y muy cierto que muchas cosas me escapan, donde no comprendo me fijo en el canto que me encanta.