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Spanische Geschichte

D.I. 544 La seconde République (J. Maurice)

Im folgenden ein Aufsatz von mir welchen ich im Studienjahr 1982/1983 geschrieben habe.

Es ist der zweite Kommentar in diesem Studienjahr, der erste Kommentar betraf die Verfassung der Zweiten Republik. Da ich ja eine Ausbildung im Justizdienst hatte lag mir der Kommentar einer Verfassung mehr als simple Kommentare zu Texten von Historikern, etwa von Tuñon Lara (wie ich erste in späteren Jahren erfahren habe, ein Historiker welcher der Sozialistischen Partei Spaniens nahestand. Als ich etliche Jahre später in grossen Buchhandlungen nach seinen Werken suchte war keines mehr zu finden).

Jacques Maurice hat sich immer mit der (spanischen) Geschichte im 20. Jahrhundert beschäftigt. Also mit der Zweiten Republik angefangen, dann der Bürgerkrieg und schliesslioch die Transition.

Er tolerierte nie dass man Aussagen von anderen einfach übernahm sondern es kam ihm darauf an etwas selbst zu überlegen. Das war nicht einfach, es lief ja darauf hinaus etwas zu schreiben was keiner je zuvor geschrieben hat.

Der erste Kommentar hat dann sowas wie meine Berühmtheit begründet , Jacques Maurice war sehr anspruchsvoll, und mein ganzer Stolz dieser Jahre, er hat meine Arbeit für gut befunden.

Es hiess das ist unmöglich was zu machen was er für gut hält.

Jahrelang wollte man mein „Werk“ , ganze zwei Seiten lesen weil alle wollten wissen wie sowas ausssieht, wo er zufrieden ist.

Mit diesem zweiten Kommentar war er weniger zufrieden. Was ich dann später geschrieben habe fand er alles nicht mehr so gut. Die Bibliographie ein Dutzend Bücher hab ich weggelassen.

Comentario de ”En síntesis, el anarquismo y la CNT  ….  mostróse sinceramente adepta al nuevo régimen”

Primero, la República no fue un resultado de la lucha de la burguesía sino de los obreros y la inteligentsia. Como M. Tuñon de Lara señala, “la casi totalidad de los familiares que tenía en sus manos las palancas de la economía nacional … estuvieron hasta el último día con la monarquía de Alfonso XIII”. No sentía la necesidad de un programa de reformas. Al contrario: Se estableció una relación de hostilidad entre la burguesía y el gobierno moderado. Con sus medidas, los gobiernos republícanos no podían ganar el apoyo de la burguesía. Se alienaban del  ¿ pueblo cuyo anhelo no sabían satisfacer.

Así perdieron el fundamento de su poder. La burguesía consideraba las huelgas y otras actividades de los trabajadores como alboroto y rechazó sus reivindicaciones provocando así luchas de extrema dureza. La legislación laboral y las crecientes masas de obreros daban miedo a la burguesía. A su abstención al movimiento republicano al nivel político corresponde la huida del capital al extranjero (vea p 82 M R Jiménez en “Los grupos de presión en la IIa República Española”) al nivel económico.

La burguesía sigue aspirando al orden antiguo y se junta con la iglesia. Renuncia a su propio partido y se deja representar por los exponentes del Catolicismo (CEDA).

Anmerkung von Jacques Maurice : Hay muchos países en los cuales la burguesía tiene “su propio partido” ¿

Una excepción formaba el País Vasco. Una parte de la burguesía vasca abandona sus aliados los Carlistas (católicos) por el prometido “Estatuto de Autonomía”. Sus elementos más conservadores siguen siendo con los Carlistas y otras agrupaciones de la derecha. Destaca un descenso de 28 %  de votos para los nacionalistas (PNV) mientras la derecha aumentó sus votos sensiblemente (elecciones 1936). Gran parte de la burguesía Vasca no da más su apoyo al PNV porque el partido quiere conseguir la autonomía con los partidos de la izquierda. Así el banco de Urquijo iba ayudar con dinero a la CEDA.

En Cataluña la burguesía defiende los principios del liberalismo. No está ligada tan estrechamente con la iglesia, pues la última era siempre partidario del régimen monarquista y por la unidad de España.

Resulta que los gobiernos de la IIa República tenían escaso apoyo de ambas capas importantes de la sociedad : Trabajadores y empresarios.

Las organizaciones de los trabajadores no se fiaban de ellos.

La debilidad de los gobernantes fue reconocido por ambos partes lo que se manifestó en el número de pronunciamientos (por ejemplo Sanjurjo) e insurrecciones (por ejemplo Asturias 1934).

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